Enrique
escuchaba desde que era niño, que tiene que aceptar límites: que
ahora no... que eso no es para ti... que ni lo intentes porque no te
va a salir... Pensaba que esperando llegará su momento llegará su
turno, llegará su hora... y no llegaba. Esperando tanto perdió la
capacidad de soñar y sobre todo no ejercitaba ni sus talentos ni sus
capacidades. Los límites que era bueno y sano aceptar en un momento
concreto de su vida, lo limitaron e inmovilizaron. Hasta los límites
tiene que tener límites, para no hacernos esclavos de nosotros
mismos y no justificar nuestra dejadez, nuestra falta de fe en
nosotros mismos.
Feliz
Jueves de superar los Límites
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