A
veces se nos pierde la diminuta conexión entre la cabeza y el
corazón, entre los pensamientos y sentimientos, llamada proyecto de
vida. Con frecuencia no pensamos que es lo que realmente queremos, ni
queremos, amamos lo que pensamos. Como resultado de eso pasa nuestra
vida perdiendo sabor. Sentimos sin pensar. Pensamos sin sentir. Es
lindo caminar, pero es mejor todavía saber a donde se quiere llegar.
Pues el camino se hace al andar. Una dosis de reflexión nos ayuda
ubicarnos y ver las distancias que nos separan de diferentes puntos,
de los que queremos y pensamos.
Feliz
Jueves de Recuperar Conexiones.
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