El
02 de octubre de 2002, hace 11 años salía de mi casa en Tanlajás
dejando un pedazo de mi en este lugar, se queda ahí para siempre.
Todo empezó el 15 de junio de 1995. Llegaba a nueva tierra llena de
sueños y sabores, a la Huasteca llamada Tierra Florida por los
aztecas - la Xochitlalpan. La Huasteca Potosina me recibía con
lluvia y calor. Abría sus brazos para ser u Mim Tzabal (mi Madre
Tierra). Tenia una maleta de ilusiones y un corazón abierto. Era
inexperto como nadie, empezaba a caminar con jóvenes y ancianos.
Tenía que aprender a caminar en la sierra y aprender a escuchar a la
milpa y a la gente. Las primeras palabras en Tenek entraban en mi
corazón con su música. Me invadían sabores, aromas y colores de
comida, flores y bordados. En el océano se quedaron las seguridades
las experiencias, aquí empezó el aprendizaje. A veces me sentía
como nixtamal sobre el metate lentamente convertido en una masa. Poco
a poco con la gente empezaba a tejer el petate de la comunidad. Hasta
que los de gobierno me dijeron - “¡Fuera!”. Me sentía
desechable, en las noches tragaba lagrimas. Todo este inmenso mundo
tenía que caber en mi maleta y en lo que quedaba de mi corazón. Al
salir del pueblo cada vuelta de la camioneta que me llevaba arrancaba
un pedazo de mi alma. Al subir a Tocohmohom la ultima mirada y gran
suspiro. Mucho tiempo me tomó recoger los pedazos de mi y seguir
caminando. Aquí estoy en Paraguay 11 años después, y nunca me fui
de todo. Agradecido a México a la Huasteca y a Paraguay que me recibió
y soporta hasta hoy día. Gracias, K'ak'namal yan, Aguyje.
Feliz
Miércoles para Tod@s
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