jueves, 10 de octubre de 2013

Ancla

El barco de la vida de Carlina demasiado se tambaleaba, incluso a veces agarraba agua de desesperación por la proa. Mirando atrás, se daba cuenta, que zarpaba del puerto seguro de su casa de su infancia, con rumbos claros y destinos bien marcados. Sin embargo los vientos y las olas la vida la dejaban a la deriva sin poder controlar el timón de todas sus decisiones. No es que perdía el rumbo, iba a su destino por otros lares. No encontraba respuesta a la pregunta: ¿por qué? Tantas experiencias malas entre otras tantas buenas, se escapaban de su control, le pesaban tanto. Sentía que la frenaban. Cuando otros surcaban las aguas ligeros de equipaje, ella cargaba sus experiencias. Aun no sabía que su peso le daba más estabilidad y seguridad y también servia de ancla, para poder detenerse y refugiarse en un lugar seguro, durante la tempestad.

Feliz Jueves de Tempestad en Naranjito Revisando las Anclas

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