Micaela no
tuvo suerte hoy. Sus ojos atrapacariños, no consiguieron atrapar ni
una mirada de su Madre que estaba trabajando en la casa. Por más que
la seguía como una sombra no conseguía nada. Es le su El trabajo,
el celular y la novela, le robaban toda su atención. Por eso a
Micaela a veces le “sudaban” sus pequeños grandes ojos. De vez
en cuando oía de la boca de su Mamá: “No estorbes, ponte a un
lado”, y se ponía contenta, porque eso demostraba que su Mamá se
daba cuenta que Micaela existe.
Feliz Sábado
de Miradas Atrapacariños.