Llegaron
días de muchos recuerdos, diferentes experiencias y actitudes hacia
la muerte. La de la Huasteca es la que más impacta y deja mucha paz.
Aunque existe la tristeza de las partidas recientes, no hay tanta
melancolía. Los cementerios, vestidos de colores, se llenan de
aromas de comida y se transforman en lugares de encuentro de los de
éste y el otro lado de la vida. Un encuentro alegre, con una nota
de burla de la muerte que no tiene poder sobre los que tienen la vida
para siempre. Al volver al estado de la perfecta armonía, se hacen
presencia, disfrutan de las comidas, saciándose con su aroma. En las
casa los altares, los arco (pulich), caminito de petlos de Huitz
santorum y tamales (quatsam ani cuiche) y un vaso de agua para que
apaguen sed los de llegan al encuentro. Aparece el bolim y somos uno,
todos comen todos participan en la fiesta. Solo hay vida en
diferentes formas. An ejettalab c'al an juncuthtalab. (La Vida en la
Armonía)
Feliz
Sábado Día de los Difuntos.
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