miércoles, 6 de noviembre de 2013

Las Grietas

Eduardo era un hombre fuerte. Parecía muy rudo. Dotado de un cuerpo grande, despertaba respeto y admiración de muchos. En este cuerpo había un alma llena de grietas. Se las ingeniaba como podía para dar a la gente que quería, el afecto y el cariño, que él mismo quería recibir. A él no se lo dieron. Desde niño y en toda la etapa de crecimiento y maduración no le ablandaron el alma y el corazón con el cariño por eso creciendo se le agrietaba dejando escapar algunos reproches. Se sentía torpe al hablar de sus sentimientos porque nunca le hablaban de los hacia él. Mucho cariño de los que no hacían cuentas de lo que dan ni cuanto recibirán a cambio, de sus dos perros amigos ablandaba su corazón y sellaba las grietas.

Feliz Miércoles sin grietas

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