viernes, 17 de enero de 2014

El Rostro

Varias veces intentaba enfrentarse con todas sus fuerzas, armas y argumentos, a este maldito rostro, que veía todos los días. Por más que intentaba, no sentía nada de simpatía hacia esta cara. Tolerancia cero a todo sus errores. Se sentía atrapado en un callejón sin salida. Lo peor de todo, la primera cosa que veía cada día, era este rostro, en un cuadro de cristal de su baño. Siempre con la misa expresión de molestia y desgana. Hasta que un día por la mañana, en uno de estos despertares llenos de confusión, entrando al baño sonrió. Y el rostro, que hasta ahora era maldito, también le sonrió desde el espejo. Le miró bien, sintió esta extraña sensación de alivio y aceptación. No era tan odioso, ni tan maldito. Empezó entablar una larga amistad con su propio rostro, hasta ahora nunca aceptado, amistad que dura hasta hoy día.

Feliz viernes de amistad con nosotros mismos.


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