Entre las
piedras en el camino de la vida, algunas me hacen pisar seguro y
caminar cómodamente, otras sin embargo, me hacen tropezar y caer. Al
parecer la culpa no es de las piedras, sino de mis pasos. Las piedras
están ahí, siempre han estado, soy yo el que no siempre quiere
mirar con atención y hacer caso a los avisos. Algunas veces las
prisas, otras el descuido, hasta la soberbia ciegan y entorpecen. Si
voy con más atención, en vez de tropezar con la piedra que
sobresale, la voy a usar como un escalón para subir, y ver más y
mejor.
Feliz Jueves de
pisar bien las piedras.
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