Mariela revisaba los
restos de amor que iba a durar toda la vida y no pudo sobrevivir la
tormenta de ayer. Le dolía mucho, pues si algo ha hecho todo este
tiempo, es abrir su corazón con la esperanza de ser feliz. Ya era
mucho a su colección de engaños y desilusiones añadía uno más.
Se sentía cansada, pesaba mucho lo que ha vivido. Revisando bien los
restos, veía que precisamente ese era el problema de su relación
fracasada: ha llevado en ella toda su experiencia dolorosa, negativa,
todo su pasado, la que recordaba cada rato frente a su pareja, sin
proyectar nada para el futuro. Es cierto que nadie puede negar su
pasado, ni olvidar o borrar, pero tampoco se puede vivir anclados en
él arrastrándolo en todas partes. No lo pongamos en nuestra espalda
o frente a nosotros como piedra de Sisifo, pongamos lo bajo nuestros
pies como cima de la montaña de experiencias, que escalamos con
mucho esfuerzo. Desde la cima se ve mejor y se tiene una base no un
peso.
Feliz Miércoles de
escalar en vez de arrastrar.
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