Paola
se desesperaba al intentar poner en un lugar todas sus felicidades.
Las tenía muy esparcidas y se cansaba corriendo entre ellas. La
casa, la familia, los amigos, la ilusión, quedaban cerca, pero no
tan cerca para decir, que ya están en un solo lugar a alcance de la
mano. No podía llevarlo todo empacado en una maleta, por eso siempre
dejaba algo para la siguiente vuelta. Hasta que se empezó sentir
cómoda con esto, pues cada vez que llegaba a un lugar encontraba un
pedazo de su felicidad y nunca se estancaba pues siempre iba en la
búsqueda del otro que faltaba.
Feliz
Jueves de pequeñas Búsquedas.
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