Judith ha vivido una
parte de su sueño la otra le quedaba por soñar bien y vivir a todo
pulmón. Su sueño se quedó a mitad porque como cada buena fruta
tiene que madurar. Así se hace más jugoso y dulce. Le quedaba un
par de suspiros y una enorme sonrisa capaz de atraer la buena suerte,
aunque esa ande lejos y muy ocupada. Sus pensamientos que viajaban a
largas distancias en cada viajes recogían pedazitos de felicidad que
en la casa se pegaban con cariño convirtiéndolos en un hermoso
mosaico. Su vida ya estaba adornada para empezar la segunda parte de
su sueño.
Feliz Martes de otras
partes
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