Doña Bárbara la mayor parte de su tiempo flotaba
entre los lamentos. Como era muy sensible, cualquier minima
dificultad por la que pasaba alguien, crecía en sus ojos al tamaño
de una desgracia descomunal. Donde había un problema ahí estaba
ella para suspirar profundamente poner su mano sobre el pecho y mover
la cabeza con resignación. Parece que ya ni cumplía años sino su
calendario se llenaba de fechas de aniversarios de tragedias
familiares. Entre tantos lamentos olvidó vivir su vida, que tenía
todos los ingredientes para ser feliz, pero Doña Bárbara no tuvo
tiempo de ocuparse de ella.
Feliz Martes de Felicidad Personal.
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