No era muy claro lo que quería de
la vida. Las cosas que le llegaban las dejaba ir. Se quejaba y
sorprendía por esa razón. Por más que intentaba no encontraba
culpables. Para nada servía echar la culpa a la gente que tenía
cerca. Cuando lo hacía después se sentía peor. Le costaba entender
que la vida es un camino, que pasamos por ella y no podemos cargar
con todo lo que encontramos. Nada se tiene de una vez para siempre.
Las cosas que encontramos hay que cuidarlas y cargar solo con lo útil
y necesario. Si no las cuidas lo que viene se va y te puedes quedar
con las manos vacías, y no solo con las manos, sino lo que es peor
todavía, con el corazón vacío. Normalmente las cosas más
importantes, las fundamentales, las que dan la felicidad duradera y
no alegría pasajera, se viven, no se poseen. Vive la vida, el amor,
la amistad, los encuentros, los instantes que te hacen parpadear de
asombro y te sacan profundos suspiros.
Feliz jueves de cuidar la vida.

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