jueves, 31 de mayo de 2018

Razones del viejo

Algunos le tenían miedo, cuando salía de su casa gesticulando con sus brazos largos como aspas de un molino. Era un viejo solitario que vivía algo apartado en una pequeña casa con una enorme huerta. Esa huera que tanto llamaba atención de todos los niños del vecindario. Apenas aparecían en los árboles ellos las querían probar, siempre luchando contra el miedo o la apetencia. Las frutas parecían muy ricas, pero miedo a estos brazos que volaban en el aire era muy grande. Los que solían perseverar esperando su oportunidad quedaban sorprendidos casi boquiabiertos, llenos de confusión y desconfianza, porque los mismos brazos que les estaban espantando les estaban invitando a comer todo lo que querían. Lo hacía entre sonrisas y bromas. Nadie entendía nada, hasta que alguien se atrevió a preguntarle por qué lo hacía. Él simplemente quería que los niños puedan disfrutar de las frutas maduras, de su más exquisito sabor y que no les hagan daño. Los brazos que espantaban dando vueltas en el aire eran capaces de ofrecer e invitar. Hay gente que encontramos en el camino de la vida que parecen prohibir algo, estorban y espantan. Trata de conocer sus razones puede ser que ellos saben que para ciertas cosas aun no ha llegado el tiempo y lo que hacen lo hacen por tu bien y para fastidiarte.

Feliz jueves de conocer razones.

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