Apenas ha tomado los primeros sorbos de esta nueva
semana que estaban empezando. Aun no sabía que sabor podrá tener. No es que era
insípida, pero no tenía un sabor claro. El sabor de lo que le tocaba vivir
dependía de ella, porque solo ella cocinaba sus horas y sus días permitiendo o
impidiendo para que ciertos sabores invadan toda su realidad. No se quejaba ni
tampoco presumía a sus días no les faltaban dificultades, no estaba ni mejor ni
peor que la media de sus vecinos, pero el sabor con el que las iba a sazonar
dependía de ella. Una pizca de esperanza y unas gotas de aceite positivo,
quitaban algo de acidez y amargura. Los sabores se acompañan y están muy cerca
unos de otros de nosotros dependo por cuál de ellos optamos. No viene mal
empezar una nueva semana con un buen sabor.
Feliz lunes de sazonar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario