La vida muchas veces, ha resultado pesada y bajo su peso se ha
doblado, pero no se ha detenido, ni desanimado. Tuvo la suerte de
saber concentrarse en el momento presente, y no lamentarse por el
pasado, ni angustiarse por el futuro. Y por más doblada que estaba,
siempre miraba el cielo y el horizonte, lo que le ayudaba sentirse
libre, no limitada, ni prisionera de sus problemas. Mirando la
naturaleza, veía los árboles, se sentía
inspirada por ellos, porque siempre terminan mirando el cielo,
superando todas las adversidades, que les dificultan su crecimiento.
Que tus problemas no aprisionen tu cuerpo,
ni tu mirada. Ni este momento, ni este lugar, sino el mundo entero,
el universo, son tuyos. Los problemas te pueden doblar, pero no
quebrar, y al poner a prueba tus fuerzas, terminan haciéndote
más fuerte.
Feliz miércoles de mirar el horizonte.

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