miércoles, 2 de septiembre de 2015

Mal genio dormido

Estela sabía que la habita un mal genio. Siempre estaba en ella. Él la convertía en una niña berrinchuda. Nadie podría decir, que ella era una persona mala. Al contrario, tenía muchas amistades, que la querían mucho, siempre y cuando su mal genio estaba dormido. Durante mucho tiempo, ella no sabía que lo que pasa, es culpa de su mal genio. Intentaba más bien culpar a los demás, que la hacían enojar tanto. Según ella, en el mundo entero no había nadie capaz de entenderla. Pasó mucho tiempo, gastó mucha energía, en sus corajes provocados por el mal genio, hasta que ella aprendió detectar su existencia. Una vez detectado, nombrado, conocido, pudo reconciliarse con él. Siempre estuvo, está y estará ahí. En vez de provocarlo, tuvo que aprender a relajarlo con una buena y pausada respiración, hacerle dormir plácidamente. Al ocupase de su mal genio, ya no tuvo tiempo de buscar a los culpables, ni molestarse con sus amigos. Ocúpate de ti mismo de lo que duerme en ti, despierta a los buenos y haz dormir a los malos genios. No gastes energía buscando afuera lo que está dentro.

Feliz miércoles de apaciguar los malos genios.

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