A veces se metía en acaloradas discusiones. Le gustaban las
tertulias debates. Tenía sus convicciones y no la asustaban
argumentos contrarios que podrían presentar sus contrincantes. Había
mucha suavidad en su forma de exponer sus puntos de vista. Nunca
trataba los argumentos contrarios como un ataque personal, sino más
bien como una enriquecedora manera de descubrir la variedad de los
posibles enfoques, las posibles maneras de ver lo mismo. Se defendía
de desánimos y sintiéndose enriquecida trataba de compartir lo
amplia que podía ser la visión de una persona. La experiencia de
tantos encuentros y tantos debates le ayudaron lo ser tan pronta en
juzgar y sacar las conclusiones. Podía ver como el punto de vista de
una persona se está construyendo y cuantas cosas pueden influir en
su construcción. Todo un proceso de aciertos y desaciertos, que
exigía paciencia y humildad.
Feliz miércoles de visión amplia.

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