Tantas veces ha oído y tan pocas ha escuchado. El simple oír no
lo comprometía absolutamente a nada en un mundo lleno de ruidos y
distracciones. Ahora si de repente se ha decidido a escuchar, eso
significaba que no debería quedar indiferente frente a lo que
escuchaba. Lo escuchado exige de él una respuesta, una toma de
posición, una opinión, algún signo de asimilación que muestre que
no es indiferente frente a las cosas que percibe. Los ruidos
demasiado frecuentes y la información que se derrama sobre nosotros
por todos los canales posibles aturden y quita la capacidad de
reaccionar. Nos anestesia, impide que seamos capaces de dar la
respuesta lo que al mismo tiempo significa involucrarnos. Lo peor de
todo que eso pasa en la sociedad y en la familia. Pocas veces nos
escuchamos y si ya lo hacemos como que no nos sentimos comprometidos
de dar una respuesta, reaccionar frente a lo que se nos dice. Trata
de escuchar y responder, no permitas que las palabras reboten de un
muro de silencio.
Feliz miércoles de escuchar y responder.

No hay comentarios:
Publicar un comentario