Mucho cuidaba su apariencia. No quería salir a la calle
descuidando algún detalle. Peinaba bien sus pensamientos, limpiaba
con cepillo cada una de las palabras que se escapaban de entre sus
dientes. Poniendo más brillo a sus miradas y un poco de sombra a sus
tristezas para hacer más visibles sus alegrías. Todo bien cuidado
hasta el último detalle, por parte de ella nada se podría
reprochar. Lo que pasa es que al salir de la casa y entrar en
contacto con los demás siempre viene lo imprevisto. Ahí en los
encuentros no planeados, se pone a prueba nuestra imagen. Es
relativamente fácil poner en práctica lo que antes hemos ensayado,
es más difícil demostrar en lo imprevisto que realmente somos lo
que tantas veces queremos aparentar ser. Lo imprevisto nos puede
sorprender tanto positiva como negativamente. No tengas miedo ni de
uno ni de otro te ayudará conocerte mejor. Ser más humilde y al
mismo tiempo tener más confianza.
Feliz martes de salir y probar.

Mucho miedo.
ResponderEliminar