Durante mucho tiempo ha llenado su cabeza con teorías acerca de
la felicidad y una buena vida. Teorías muy bien elaboradas,
expresadas por personajes importantes que aparecen en los libros, las
ha leído conocido y recordado, pero nunca las ha sentido, ni vivido.
Se quedaban para ella como cosas interesantes, pero siempre
abstractas. Faltaba algo, sencillo, pero fundamental, mirarse dentro
y ver qué es lo que le da paz, lo que permite de sentirse bien
consigo misma y frente a otros. La felicidad nunca puede quitar la
paz o avergonzar dar miedo. La felicidad grande es conjunto de las
pequeñas y es ahora. No es algo que se puede programar apuntar en la
agenda. Es cosa de sentir con todos los sentidos bien despiertos. En
algunos casos la supuesta infelicidad es fruto de distracción, de
pensar que la felicidad es todo lo que no tenemos lo que queremos
conseguir y no lo que es nuestro lo que somos hoy día. Saborea más
lo que eres, lo que vives.
Feliz martes de saborear.

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