miércoles, 9 de noviembre de 2016

Gratitud tiene un nombre

No esperaba grandes respuestas, no lo hacía para recibir reconocimientos. Aspiraba un simple “gracias” acompañando a su nombre. Era lo máximo para ella, escuchar esta palabra como reconocimiento de todo su esfuerza, de toda su dedicación, y su nombre que le daba identidad, la hacía persona, un ser humano y no una maquina de limpieza y de cocinar. Parecía tan poca su expectativa pero ni eso conseguía. La gente muy pronto se acostumbra que las cosas estén hechas, que tengan que estar hechas, no se pregunta quién está detrás de cada cosa, de cada trabajo bien hecho. Con mucha más facilidad estamos dispuestos a personalizar la culpa que el agradecimiento. Devuelve a la gente sus nombres reconoce sus esfuerzos. Cuando serás capaz de ver el cansancio el sacrificio vivirás más agradecido.

Feliz miércoles de gratitud.

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