Araceli no tuvo más planes para este domingo que estar con ellos.
No se trataba de estar sin nada en el mismo lugar escuchando el
susurro del reloj que avisaba que el tiempo se iba para no regresar.
Se trataba de estar con todos los sentidos en alerta disfrutando de
cada muestra de cariño, cada gesto de atención y cada palabra
pronunciada que llevaba cargando un recuerdo o un deseo. Para ella
era un lujo poder estar así con ellos. Durante la semana cargamos
demasiados trabajos y preocupaciones. Parece que tenemos ocupadas las
manos y el corazón, el domingo recogemos todo el cariño suelto que
anda por ahí. Le damos forma en nuestros gestos, miradas palabras e
incluso en nuestros silencios. Trata de estar más tus domingos, el
resto de la semana tienes para hacer las cosas. Que el estar no se te
vuelva pesado y que no olvides “cómo se hace”. Simplemente estar
con ellos sin nada más por medio.
Feliz domingo de simplemente estar.

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