martes, 4 de septiembre de 2018

Dolores no programados

Le decían que la cirugía era programada. Tenían razón hace tiempo ha esperado la solución de los pequeños problemas de salud que se volvieron molestias grandes quitándole la calidad de vida. Lo máximo que se pudo programar era el día el lugar y el equipo humano a cuyo cargo quedaba la cirugía. No se pudo programar el dolor que aparece escondido detrás de la anestesia, ni esta sensación de vulnerabilidad que invade el cuerpo con los últimos efectos de anestesia. No importa el número de las hospitalizaciones, si te acompaña mucha o poca gente o nadie, siempre se experimenta la soledad del sufrimiento. Solo el implicado sabe lo que de verdad siente y cuanta fuerza tiene en si para enfrentar a la nueva etapa. ¿Será ésta la más clara característica del sufrimiento? ¿La sensación de la soledad? No solo en hospitales, sino en toda la vida. Acompaña cuando puedes y entiende las exageradas reacciones de los que sufren. Mejor que salgan afuera en vez de que se queden por dentro haciendo mucho más daño. 

Feliz martes de dolores no programados.

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