Había tanta diferencia
entre lo que encontraba afuera y lo que tenía dentro que muchas
veces la superaba y empezaba sentirse mal consigo misma y con los
demás. No encontraba la manera de reconciliar estas dos realidades y
estas dos maneras de ser. Es que a veces no correspondía una con
otra. Una cosa es lo que sentía pensaba y a veces deseaba y otra
cosa lo que expresaban sus palabras, su tono de voz, desvelaban sus
gestos y expresiones faciales. Por dentro era paz, calma, alegría y
riqueza, por fuera tormenta y pobreza, una persona áspera y
repelente. La desbordaba creatividad, ideas para transformar a su
realidad, y a la hora de traducirlas en cosas reales y concretas se
hundía en la pasividad. Para poder cambiar este estado de las cosas
necesitaba un largo proceso de apertura y de creación de conexiones.
Necesitaba ir desmontando estos invisibles muros y barreras que ha
construido que dividían en dos su mundo su persona. Abriendo al
principio pequeños agujeros” que permitan conectar lo que está
dentro con lo que está fuera y viceversa. Así la sonrisa que hay
dentro se podrá ver fuera. La urgencia de una acción necesaria
afuera llegue dentro y la haga reaccionar. Tratemos de conectar y
abrir, no nos aislemos del mundo que nos rodea porque terminaremos
divididos y ni nosotros mismos nos vamos a poder reconocer.
Feliz jueves de aperturas y
conexiones.

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