Se sentía algo atrasado.
Algo curioso porque era una persona exageradamente puntual. Respetaba
su tiempo y el de los demás. El retraso no consistía en llegar
tarde a las citas programadas, ni siquiera era el retraso
tecnológico, se le daba muy bien lo de uso de las nuevas
tecnologías, era algo mucho más complicado. Se trataba de responder
a tiempo a los problemas y desafíos que la vida y hasta su propio
cuerpo marcado por la edad y algunos achaques le traían. No era
capaz de adelantarse, ni siquiera actuar a tiempo, siempre lo hacía
retrasado. Esperaba demasiado, no era capaz de adelantarse. Sus
respuestas con demasiada frecuencia eran de ayer y no de mañana y
eso no basta en la vida tan llena de desafíos, cambios acelerados.
Trata de adelantar tus respuestas, no te quedes atrasado/a.
Feliz viernes sin retraso.

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