Un
par de verdades no le alcanzaba para responder a todas sus preguntas,
rellenar todos los vacíos, todos los huecos de su almohada, para
asegurarle noches tranquilas, sin insomnio. Tarea complicada que
exigía atención y una buena dosis de sinceridad. No poniendo
límites a tiempo, pues se trataba de verdades y no de cualquier
relleno. Intentando no confundir suposiciones con las verdades,
trataba de dibujar su realidad en este momento en su vida, lugar al
que ha llegado y midiendo la distancia de los sueños y proyectos si
los hubiera. Todo eso no lo hacía para otros, lo hacía para sí
misma, necesitaba saber en dónde está parada y en qué dirección
debería seguir para no alejarse de lo que busca en este momento de
su vida. Es bueno el ejercicio de las sinceridades repetido cada
cierto tiempo, así es más fácil encontrarse y más difícil
perder el camino.
Feliz
sábado de buscar las verdades.

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