sábado, 3 de noviembre de 2018

El miedo de olvidar

No quería que las coas se olviden. No tenía miedo de perder algo, pero si olvidar. Es que por su vida han pasado personas, cuyos nombres y rostros a veces se confunden en la niebla del tiempo. Ellos han dejado huellas y sentimientos. Son estos, los sentimientos que son los más peligrosos cuando se olvidan. Cuando alguien ya no sabe sentir y se pierde en indiferencia, sufre y hace sufrir. Lo que sentimos, es lo que nos pertenece, cuando es bueno nos da felicidad, cuando es malo sirve de advertencia que deberíamos atender a tiempo. Ojalá que perduren en nuestra memoria todos los buenos encuentros, sonrisas, caricias y palabras llenas de amor, todas aquellas cosas que nos hacen sentirse especiales importantes tomados en cuenta. Toso eso son los pequeños pero imprescindibles ingredientes de la felicidad de cada día. Así que a recordar y a no olvidar lo que se siente.

Feliz sábado de no olvidar.

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