No sabía hasta donde le alcanzará esta
promesa, pero estaba dispuesta a intentar. Muchas veces a intentado
calmar su corazón y no lo ha conseguido porque sus nervios, sus
prisas, su ansiedad, la han traicionado. Eso cansa y cansada ha
decidido mantener la calma. Tal vez porque no tenía más fuerzas
para luchar. La quietud forzada le permitió ver un poco más allá.
Las tormentas siempre vienen acompañadas de calma. Intentar
conseguir la calma en medio de tormenta parece imposible. Es hacer
cosas a destiempo. Gastar energías de balde. Es mejor simplemente
esperar hasta que pase. Dale tiempo a cada cosa, no gastes
inútilmente la energía intentando frenar en seco un proceso, una
situación que tiene que pasar, que tiene su tiempo, mas bien
asegúrate estar bien parada para no dejarse de arrastrarte por las
pasajeras corrientes y remolinos. Cuando todo se calma, llega la
claridad y con ella mejores decisiones.
Feliz jueves de calma

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