Mariela quedaba admirada a ver
cuántas cosas nacían en ella y que responsabilidad tenía para con
ellas. En su interior nacían más nobles sentimientos que la hacían
creer, su necesidad de conocer, aprender, superar las dificultades.
Ahí cobre todo nacía el más preciado combustible que empujaba su
vida – el amor. Pero al lado de eso también nacía la
desconfianza, el desanimo, la sospecha, el rencor y muchas otras
malas hierbas que envenenaban su existir. Mariela no quería por un
descuido arrancar las cosas buenas junto con las malas. Intentaba con
el tiempo saber distinguir y ver las diferencias entre las unas y las
otras, y cultivar solo aquellas que la hacía feliz. No todo lo que
nace en ti te sirve. El organismo se defiende con anticuerpos que
combaten las infecciones. ¿Con qué se defiende tu espíritu? Échale
mano a tu felicidad cultivando lo que te hace más fuerte y
rechazando lo que te debilita.
Feliz viernes de nacimiento
interior.

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