Al final de la Calle del Silencio había un
mercado lleno de palabras. Las tenían usadas y completamente nuevas.
Había de todo un poco, pero la parte en donde más palabras había
era la de las palabras no escuchadas y junto con ellas las mal
interpretadas. Los futuros dueños de las palabras se paseaban entre
ellas en el absoluto silencio, para poder escucharlas, probar como
suenan y si son de la talla de sus sentimientos, pensamientos y
sueños. Algunas les quedaban muy chicas y muy incomodas, otras
demasiado grandes y ocultaban el verdadero sentido que se les quería
dar. Los que se daban tiempo, con algo de paciencia y una que otra
prueba, encontraban palabras exquisitas y a la medida que expresaban
lo que en sus alamas sonaba. Busca las palabras adecuadas que te
sirvan y te conecten al mundo que te rodea. Las buenas palabras son
capaces expresar todo, incluso tu silencio.
Feliz sábado de buenas palabras.

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