sábado, 30 de abril de 2016

Temblando pero no de frío

En estos días de frío temblaba su cuerpo como un flan. No era tanto el frío que la hacía temblar. Le agradecía al frío su presencia en estos días. Le servía mucho, era una buena cuartada. Permitía a esconder la verdadera razón de su evidente tiritar – la estremecedora falta de cariño. La lejanía afectiva calaba hasta los huesos y no había abrigo capaz de aliviar su efecto en su cuerpo. Por más ropa que encimaba, más profundo temblor recorría sus entrañas. El alivio no se encontraba en los braseros, ni calefactores que soplaban aire caliente. Solo había un remedio conocido y con eficacia garantizada – el abrazo. Un abrazo de verdad de estos que envuelven el alma. No una palmadita de cumplido dada desde la distancia. Claro el abrazo no venía solo, sino que iba acompañado de las palabras que llegan al corazón y encienden las chispas de cariño. Éstas por si solas se encargan de dar calor al resto del cuerpo. En estos días de frío procura estar cerca no solo físicamente. Muestra tu cariño a los que amas. Con tu lejanía no hagas este frío aún más insoportable.
Feliz sábado de cercanía afectiva.

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