Un
escrito en la pared decía: “Con la autoridad no se educa se
adiestra”. La autoridad crea miedo y obediencia nunca simpatía ni
afecto. No se trata de perder los roles sociales que implican cierto
grado de autoridad, se trata más bien de no abusar de las ventajas
que nos da nuestra edad o estatus sobre todo frente a los más
pequeños, que muchas veces no entienden nuestras actitudes nuestras
repentinas prohibiciones y castigos. Si solamente imponemos, si nunca
compartimos explicamos ni escuchamos su sentir, conseguimos la
ejecución automática de las cosas impuestas salpicada con una buena
dosis de miedo. Todos debemos de desarrollar en nosotros y en
personas que están a nuestro cuidado la capacidad de discernir y
elegir por si solas y no solo la capacidad de obedecer las órdenes.
Feliz
sábado de una buena educación.

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