Aurora suspiraba amores. Algunos de los suspiros se
llevaba el viento. Esperaba que algún suspiro mariposa se posara
sobre algún corazón sensible, pero en el aire había demasiado
repelente de egoísmo. Y se caían por el suelo los suspiros sin
llegar a su destino. Así que Aurora se empezó a amar = conocer por
dentro. Se gustó, se amó. Antes de que se diera cuenta, todo afuera
ya era amor... Amándose fue amada...
Feliz Martes de Auto-aceptación
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