Siempre tenía prisa. Su cuerpo corría dejando atrás
su espíritu. No disfrutaba de ningún momento de ningún ahora,
porque ya estaba en el después. No se alegraba con ninguna solución,
porque ya se buscaba un nuevo problema. Con tanta prisa corría por
la vida, que antes del tiempo, llegó a la meta de su vida, sin saber
morirse. Por las prisas dejó de respirar, ya metido en el eterno
después para ver en que podía ocuparse...
Feliz Miércoles con Más Vida y Menos Prisa.
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