Ella siempre lloraba. Y cuando lloraba mucho, sus
penas se mojaban y ablandaban. Blandas y resbaladizas a veces
escurrían lejos de ella. Ahora ya no llora tanto, arrepentida de
haber derramado tantas lagrimas, pues no sabía, que riendo, se hace
volar las penas. Se van tan lejos que ya no regresan. Y cuando las
lagrimas se secan al sol en su rostro se dibuja una sonrisa muy
contagiosa, que supera en calidad a mejor maquillaje.
Feliz Jueves para Tod@s
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