Amaba mucho a su esposa, su amor fue profundo y muy sincero. Ha
madurado desde que se habían conocido, pero ahora estaban pasando
por un momento muy delicado. Ya se sentía cansado con sus constantes
reproches. Él dentro de sus posibilidades intentaba ser detallista,
así como lo fue cuando eran novios, pero también tenía ocuparse
del trabajo, y otras responsabilidades que tenía. Cuando estaban
juntos en la casa, esperaba hablar con ella, pero en el lugar de
dialogo encontraba el silencio. Un silencio malhumorado y cargado de
reproches. Según ella, él una vez más se ha olvidado de algo, o no
se dio cuenta de lo que había pasado, ni de lo que ella necesitaba,
quería, deseaba o anhelaba. A veces ya cansado él le decía que
ella debería casarse con un adivino y no con una persona común y
corriente como él. Para algo tenemos la capacidad de comunicarnos y
verbalizar nuestras necesidades y deseos. No es justo esperar que él
otro o la otra adivine, presienta a todo momento, qué es lo que nos
hace falta. Comunica tus necesidades y deseos, es tan sencillo y
ayuda mucho a crecer como pareja, familia, o grupo de amigos.
Feliz lunes de comunicación.
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