jueves, 6 de agosto de 2015

Despedidas y espacios

No le gustaban las despedidas. Dejar atrás a los que amaba, sin ninguna seguridad de poder volver a verlos, le partía el alma. La experiencia de la vida le a enseñado algo sorprendente; cada vez que despedimos a alguien, dejamos un espacio, para que llegue alguien a nuestra vida, que nunca a los que despedimos los encontramos igual. Ellos como nosotros no están parados, sino en constante movimiento. Así que al mismo tiempo dejamos espacio y hacemos espacio. No podemos en un encuentro abarcar a todos. La buena atención podemos prestar a unos pocos, por eso es saludable este movimiento de personas, porque cuando alguien se estanca, en vez de ayudar, empieza a estorbar, obstruyendo el movimiento de otras personas. Muchas veces sentimos una tensión típicamente humana, por un lado queremos retener las cosas y personas con un extraño afán de intentar adueñarse de ellas, por otra parte nos damos cuenta que la verdadera felicidad existe cuando hay libertad. La acumulación tiene olor de naftalina, la libertad aroma del campo, bosque, mar y las montañas. Libera no acumules.

Feliz jueves de liberación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario