Aunque se conocían tantos años y hacían miles de cosas juntos,
ayudándose en tantas casos y situaciones. De repente aparecían
tensiones. Sabían que existen, pero intentaban evitar a hablar sobre
eso. Lo que no se habla por fuera grita por dentro. Algunas veces sin
darse cuenta otras tantas a sabiendas empezaban a competir. La
tensión minaba todo el jardín de paz, sus encuentros ya no eran lo
que eran antes. Silenciosamente hacían duelos, aunque no eran duelos
de muerte, mataban lo más hermoso había entre ellos. Todos corremos
el mismo peligro de dejarnos llevar por la ola de competir, tan
enraizada en la sociedad, tan inculcada por el sistema educativo. En
vez de formar dúos o equipos, llegamos a enfrentarnos, muchas veces
inconscientemente, en los duelos, donde uno o una puede salir
ganando, pero la amistad y confianza, siempre salen perdiendo.
Feliz miércoles de equipos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario