miércoles, 26 de agosto de 2015

Miradas directas

No era un problema de vista, ningún astigmatismo avanzado, que le impidiera enfocar bien la mirada, era una inseguridad que la paralizaba. La misma la tenía presa, raras veces se atrevía expresar una opinión, y cuando la expresaba, la acompañaba con muchas explicaciones y justificaciones que nadie se las ha pedido. Parece que le servían de apoyo, pues siempre ha tenido miedo, que toda su argumentación se pueda caer como un castillo de naipes. Evitaba dirigir directamente la mirada, recorriendo con sus ojos todo el lugar, en un desesperado gesto de búsqueda de alguien, que pueda validar sus palabras y opiniones. No creí que ella sola puede, que tiene la capacidad de expresar lo que piensa y siente, sin necesidad de dar las explicaciones a nadie. Nadie te puede privar de tu derecho de opinar, hazlo sin atacar, sin agredir. Se directo, dirige tu mirada a la persona a la que diriges tus palabras.

Feliz miércoles de miradas directas.

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