domingo, 2 de octubre de 2016

Sin destacar

El mundo a su alrededor hacía reconocimientos a los campeones, a los ganadores. Ella hasta donde le llegaba la memoria no recordaba nada en lo que podría destacar. Ni en el aprendizaje ni el deporte superaba la media, siempre ni tan bien, ni tan mal. Y no porque no tenía aspiraciones, es que no daba más. Todo trataba de hacer bien. No sentía una envidia enfermiza frente a los compañeros siempre reconocidos. Sabía aceptar sus límites. Sin que nadie lo supiera ni ella misma se destacaba en su actitud conciliadora, y capacidad de reconocer los dones que tenía la gente, sin necesidad de compararlos con los demás, lo que a la larga llevaba a la gente a sentirse felices con lo que eran y como eran. Eso sí, sin perder la ilusión por poder desarrollar más y hacer mejor las cosas que hacían. Creía que la gente a pesar de todo es capaz de sintonizarse y armonizar en la frecuencia de la bondad. Trata de hacer las cosas bien, sin compararte, sin competir, simplemente de corazón. Eso te llevará a supremo grado de grandeza.

Feliz domingo de cosas bien hechas y bien sentidas.

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