Claudia tenía la extraña sensación
que todas las palabras de cariño se han ido lejos de ella. Hace
tiempo descubrió que las palabras andan, que no se quedan quietas.
Se van llevando cargados a sus espaldas los sentimientos. Estas
palabras andantes buscan hospedaje y algo de atención. Solo se
quedan con quien se interese por lo que ellas traen, por lo que
comunican. No es que se meten en la lucha o la competencia con otras
palabras, más bien respetan sus territorios. Tampoco quedan
neutrales. Viven en constante oposición con las palabras que traen
prisas y tensión. Dales un espacio en tu día a día, a estas
palabras que vienen a ti cargadas de tantos sentimientos. Ponles
atención para que puedan descargar algo de su peso y salir de ti
aliviadas llevando algo de buena vibra a los demás, a los que las
esperan y necesitan. No esclavices a las buenas palabras, déjalas
irse porque pronto regresarán a ti después de su recorrido.
Feliz lunes de palabras andantes.

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