lunes, 3 de octubre de 2016

Aprender a mirar y a ver

No llevaba lentes porque nunca ha tenido problemas de la visa y a pesar de eso no veía muchas cosas. Era una abuela anciana y casi ciega que le enseñaba a mirar y ver. Era un arte casi perdido en un mundo bombardeado por las imágenes que se cambian frente a nuestros ojos con mucha velocidad. Retenemos muy poco porque cuando no miramos bien uno ya aparece otro. Nuestra mirada es superficial y nuestras sensaciones y sentimientos frente a lo que vemos también. La abuela le enseñaba ver las cosas con mucha calma, por un buen tiempo, de diferentes ángulos con diferente luz, uniendo a la mirada otros sentidos, porque las cosas no solo se ven sino también se sienten. Eso le permitía disfrutar de cada detalle, matiz, sombre o claroscuro. Lo que ven tus ojos ilumina tu alma, y así como ven tus ojos, así siente tu alma. Trata de detenerte y mirar a fondo a las cosas y a tu vida, no te quedes ni contentes solamente con lo superficial.

Feliz lunes de mirar bien.

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