Tantas cosas pasan frente a nuestros ojos que no nos da tiempo
verlas a todas y verlas bien. Parece que nos deslizamos por la
superficie como el dedo por la pantalla táctil sin tener tiempo para
mirar un poco más a dentro. En el jardín de la casa hay una
insignificante palmera que lleva en su corazón una hermosa flor.
Solo si uno se acerca y asoma un poco puede apreciar su belleza. En
la vida también pasa lo mismo con las personas. Tantas veces las
conocemos solo superficialmente. No nos damos tiempo para asomarse un
poco y ver lo que tienen en su corazón. Algunos se defienden, se
resisten, nunca se abren pero eso no nos debería ni desanimar, ni
justificar. Tratemos a descubrir mucha belleza escondida en la
sencillez en este gran jardín de la vida.
Feliz domingo de mirar el corazón.

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