Uno se acostumbra a todo lo que al mismo tiempo nos ayuda vivir
soportando cierto tipo de dificultades y nos perjudica al hacernos
insensibles acostumbrados a convivir con cierto tipo de realidades y
ruidos. Están ahí parece que siempre han estado y como que forman
parte del paisaje. No nos incomodan no nos interpelan. Podemos pasar
a su lado con total y absoluta indiferencia. A veces gracias a otras
personas y sus preguntas u observaciones nos incomodamos de nuevo y
nos damos cuenta de lo que parecía normal no lo es. Mira un poco la
realidad que te rodea y preguntate ¿qué aun te sigue incomodando y
a qué ya te acostumbraste demasiado? Trata de no anestesiarte
demasiado a las imágenes que aparecen frente a tus ojos y a las
palabras que llegan a tus oídos.
Feliz martes de sensibilidad.

No hay comentarios:
Publicar un comentario