miércoles, 1 de marzo de 2017

Fuego, tiempo y ceniza

Le gustaban mucho las fogatas. Sentía una gran atracción por el fuego. No era un caso de piromanía, sino una actitud de reflexión y contemplación al ver el fuego encendido. Su alegre y constante baile por las leñas, las consumía irremediablemente. Lo consumido y a no se podía recuperar, se volvía polvo, ceniza. Era como una clara y reveladora representación de su tiempo gastado, de su vida gastada. Lo que ya “quemamos” no lo podemos recuperar, se vuelve polvo y ceniza, por eso es tan importante aprovechar bien, usar su calor, su luz, mientras “arde”. Se generoso, pero al mismo tiempo cuidadoso, a la hora de quemar tu tiempo.

Feliz miércoles de ceniza.

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