sábado, 11 de marzo de 2017

Miedos disfrazados

Las cosas no salían bien. Al principio todo parecía ir viento en popa y luego desaparecía el impulso inicial, se desvanecía el entusiasmo en alguna parte. No le faltaban posibilidades, ni convicciones, lo que le faltaba era la decisión y su hermano gemelo el atrevimiento. Los miedos que no se dormían nunca y siempre estaban a acecho, se vestían de espera, de procrastinación. A veces bien disfrazados casi no eran reconocibles, con ropajes de otras realidades no dejaban de ser simples miedos. Siempre tenían excusa y muy buena argumentación. No les resultaba difícil de hallar a un culpable. Hacían todo lo posible para que no se hable de ellos para que puedan pasar desapercibidos. Eran más eficaces que los mejores frenos de vehículos capaces de frenar cada sueño, proyecto e iniciativa. Hazlo posible para detectarlos, reconocer y espantar poniendo en su lugar seguridades que te dan los pequeños y constantes pasos de cada día, pues aunque sean pequeños te hacen avanzar.

Feliz sábado de pequeños pasos sin miedos.

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