sábado, 4 de marzo de 2017

Sin gritos

Su sueño era tener un teléfono con auriculares. No para llamar a sus amigos, todos los que tenía eran imaginarios, pues no le dejaban a salir de la casa, y a ellos les podía hablar sin usar teléfono. Lo quería para poder escuchar la música cuando sus padres se gritaban. Ella escondida debajo de la mesa para que no le alcance ningún golpe ninguna patada soñaba con escuchar la música que tanto calmaba su alma. Los gritos se le clavaban en la piel y la sacudían en espasmos del llanto. Hasta donde llega su memoria siempre fue así. Mientras más ha crecido su cuerpo, más han crecido sus ganas de huir. No huir físicamente, no quería dejar a su madre sola con todos los gritos, pero si huir de los sonidos que hieren y agitan, a un mundo de sonidos que curan y calman. Aunque tengas razón no grites, porque a tu lado hay pequeñas personas que sufren, que perciben cada grito como si fuera un golpe. No entienden de razones solo entienden de amores y el amor no grita ni usa fuerza.

Feliz sábado sin gritos.

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