Le consideraban un bicho raro. Algo
excéntrico, o muy influenciado por las modas. Nada lejos de la
verdad. Desde su más tierna infancia ha vivido en medio de una
naturaleza exuberante. Fue testigo como la misma estaba cambiando,
contaminada explotada por los seres humanos inescrupulosos. El bosque
era su amigo, los ríos y arroyos como las puertas del mar, imagen de
una vida que va más lejos de lo que pueden ver los ojos. Pasaban
años y con los conocimientos adquiridos pudo saber que con las
plantas y los animales compartimos más de lo que uno se podría
imaginar. Estamos viviendo en un mundo interconectado. En nuestros
cuerpos están los mismos genes y minerales que están en las plantas
y los animales. Por eso hay que cuidar casa común sabiendo que si
la cuidamos a ella nos cuidamos a nosotros mismos. Una Casa común
bien cuidada podría ayudar a sentirnos mejor dentro de ella, a
solucionar muchos conflictos armados y detener la ola de los
refugiados. Ayuda a cuidarla.
Feliz miércoles de cuidado de la casa
común.
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